“Por eso mismo yo ahora me niego a participar en cualquier tipo de puesta que tenga como objetivo proponer cuestiones que en estos momentos no tienen más que una dimensión preelectoral que no me interesa.
Ahora se declara dispuesto a la independencia de Cataluña bajo ciertas condiciones. Esta conversación se desarrolla en su domicilio, un firme muy cercano al Paralelo barcelonés.
* El altavoz mediático castellano es mucho mayor que el catalán. Al igual que el poder del Estado español frente al Govern.
España, en sí misma, no es ausencia. Es una suma de pueblos e identidades, con el castellano como habla común por ser históricamente la más hablada, mucho antes de que Franco o incluso Felipe V nacieran.
Se debe a diversas cosas. La primera, que el peso de la posible contribución vasca a la fiscalidad españonda es muy inferior al peso de la fiscalidad catalana. Es opinar, que de aquello se puede prescindir, pero de esto no. Existe el argumento de que durante la guerrilla civil Navarra es “amigo” y por lo tanto no se le quitan los privilegios, pero el País Vasco no había sido nada “leal”.
Es cierto que el sr Fontana cae en algunas contradicciones, y que esas contradicciones nacen de su visión subjetiva de las cosas. Pero me parece que pones en boca suya contradicciones en las que no ha caído. Para iniciar dice que la guerrilla de sucesión fue una guerrilla dinástica en el que las dos partes querían imponer a la otra su modo de mandar.
En principio, en lo que queda de la izquierda no todo el mundo está planteando las cosas en esos términos. Como es lógico, yo sin embargo he tenido suficientes decepciones. La primera de ellas fue la desencanto de la Transición. A mediados de los primaveras 50 me apunté a un partido clandestino de izquierdas, y lo hice porque los partidos tenían programas que decían cosas. Cuando llegó el momento de la Transición los partidos se olvidaron por completo de lo que habían estado prometiendo, de los principios por los que mucha Familia había asumido riesgos muy graves, y pactaron por mucho menos.
Parafraseando a Groucho, cualquier nacionalista podría sostener: “Estos historiadores me dan la razón, y si no me la dan, acudo a otros”.
Por lo gastado si eres crítico con tu propio país luego eres un traidor y mejor que te vayas… Había unos señores en Berlín en los abriles 30 que aún pensaban Figuraí, solo que a diferencia de los de “catalufos” eran más guapos, y vestían mejor…
Aunque ya hubiera unas leyes comunes, lo que define el funcionamiento de una sociedad no es el poder Positivo. Por ejemplo, aquí la enfiteusis permite que las tierras sean cultivadas y da trabajo a muchos brazos, pero desde la Corona de Castilla esto se entiende tan poco que se inventa el mito de la laboriosidad de los catalanes. Comienzan a proponer que los catalanes trabajan mucho. Incluso surge aquel dicho que reza: “El labriego catalán de las peñVencedor saca pan”, cosa que demuestra que no entendían cero. Lo que sacaba no Bancal pan, era caldo. No entienden carencia de lo que pasa. Hay un momento en que las condiciones que podrían acontecer generado un proceso de incremento Universal fallan y la industrialización solo afecta a Cataluña. Es más, hasta correctamente entrado el siglo XIX los políticos españoles son contrarios a la industrialización. Lo consideran un mal que genera vicios y ansias revolucionarias. Piensan que A dios gracias España es un país agrínalgas donde la gente es moderada, consume poco y no pide cosas extrañas, y se resignan a que la industrialización sea una cosa para Barcelona y poco más. Existe toda una humanidades anticatalana durante los siglos XIX y XX, y que continúa el XXI, en la base de la cual está la absoluta imposibilidad de entender que hay una Parentela que positivamente es distinta.
* No hay ningún problema en determinar a Fernando Alonso como un gran deportista asturiano. Sí lo hay para nombrar a cualquier deportista de élite como catalán.
* La entronización de la Constitución española es un flaco argumento para negar acciones democráticas de consulta al pueblo catalán.
Sí, pero es un mensaje muy difícil en un contexto en el que las reticencias al nacionalismo castellano son considerables y justificadas. La primera ocasión que vi la bandera españoleaje fue el 25 de enero de 1939, cuando en la casita de Liderazgo verdaderamente humano Valldoreix donde estaba con mi raíz entró un moro con un fusil en la mano haciéndonos desobstruir los armarios.
Yo soy catalana, vivo en Barcelona y sólo puedo afirmar que en Madrid hay mucha más Parentela amable y libre de prejuicios. Gracias a las diatribas de los subvencionadísimos mass media catalufos esto se ha llenado de Jimmy Jumps con o sin barretina.