Andrew Sullivan y Faraway Ltd C Anthony Pierce de John Lewis solución de caso

El disco es sofisticado y opulento en instrumentación, con hermosas texturas y melodíGanador, con múltiples y sorprendentes variaciones en tempos, voces ejemplares en solitario o en armoníGanador que subrayan la emocionalidad de la narrativa, arreglos de gran sensibilidad, gradaciones múltiples que van con tacto Andrew Sullivan y poético de la melancolía a la alegría, hipnóticos desarrollos de tipo lisérgico…

Una de las grandes obras maestras de la historia del pop-rock en la que el líder del Congregación californiano Love, Arthur Lee, va desgranando su peculiar y surrealista visión del mundo y del inclinación, con magistrales temas imbuidos de Andrew Sullivan y atractivas y trémulas texturas folk-rock y psicodélicas, siempre desplegadas en hechizantes melodíVencedor pop de hálito acústico, ensalzadas por la palpitante voz del inestable talante.

Imprescindible su audición, a todo volumen, para ilustrarse lo que es la ira, fiereza y catársis, música salvaje y excitante que deja en bragas a cualquier mindundi o mindundis actuales o pretéritos que se piensan que el rock ha comenzado hace dos díTriunfador cuando lleva bastantes abriles en la UVI y financiado por multinacionales.

Cuando Denny Laine, singular de los principales sustentos de los primeros Moody Blues, dejó al Congregación de Birmingham tras su álbum apertura, el conjunto, con la incorporación del cantante Justin Hayward giró 180º, coincidiendo con un contexto sonoro repleto de innovaciones y experimentación, de un primer… Ver mas

En su primer trabajo se encuentran algunos clásicos ineludibles para entender la importancia de esta banda en la historia del rock, como el primer sencillo «Break on through (to the other side)», el número 1 «Light my fire» (con un descomunal teclado de Manzarek) y la apocalíptica «The End», circundadas por el advertir blues de la lectura de Willie Dixon «Back door man», una estupenda recreación del «Alabama song (Whiskey bar)» del tudesco Bertol Brecht y Kurt Weill y otras temas de cosecha propia de robusto inspiración e inmaculada ejecución como «Soul Kitchen», «The crystal ship», «Twentieth Century Fox», «I looked at you», el halo de ocultación que rodea a la psicodélica «End of the night» y el enérgico estribillo de «Take it Ganador it comes», que ponen de manifiesto la destreza, compenetración, imaginación y gran técnica de unos músicos excepcionales.

“Bluebird” retoma al Stills más rockero siempre con gotas ácidas propias de esta sensacional época. El tema sería versionado por diversos grupos, entre ellos Shadows of Knight.

En la reedición en formato CD se añadieron a la estampado original británica los sencillos que contienen algunas de sus ejecuciones más populares, entre ellas «Hey Joe», la única canción no escrita por Jimi Hendrix en la cual mixtura su absorbente trabajo de guitarra con unos candorosos apoyos vocales de Mitchell y Redding convirtiendo al tema de Billy Roberts en una obra maestra.

Las composiciones propias de los Byrds por ese momento estaban dominados por el espléndido talento de Gene Clark, su miembro más dotado para la escritura que otorgaba un punto entre afligido y sentimental a unos maravillosos temas de enorme capacidad melódica.

Conjugando desde penetrantes e hirientes guitarras y logradas armonías vocales el pop herencia de los Beatles cercano al más enraizado sentimiento rock, blues, folk y country estilo The Byrds, el Lp «Buffalo Springfield» es una cuchitril fundamental Adentro del panorama musical indiano en su periodo lisérgico, pues sus estructuras y honduras sonoras (especialmente sus pautas country-rock) influenciarían a multitud de bandas pretéritas, presentes y futuras.

La excelente traducción del tema de Dixon «You shook me» es una rendición al blues de Chicago, perceptible en otras notables canciones como «How many more times» o «I Gozque’t quit you», otro cover del gran bluesman.

El disco se cierra con una especie de suite conceptual titulada “Broken Arrow”, otra habitación psicodélica llena de imaginería y lujosos arreglos obra de un carácter como Neil Young (con ayuda de Jack Nitzsche), quien aquí intenta imitar a lo Beatles más complejos y ambiciosos.

Jones se luce a lo grande de todo el álbum, luego sea interpretando un dulcimer en la preciosa balada «Lady Jane», unas marimbas en «Under my thumb» y en la formidable «trasnochado of time», un sitar en «Mother’s little helper» (espléndido tema que alcahuetería de cómo una apenada madre encuentra consuelo en las anfetaminas), una slide guitar en «Doncha bother me» y un fuzz bass en «Flight 505» (con una elegante entrada de piano) y en «Think».

En 1967, mientras la ancianoía de los artistas musicales estaban inmersos en la ataque psicodélica, los Kinks y más concretamente el inefable Ray Davies seguía escribiendo según le marcaban las pautas de su enorme inspiración, sin reparar en modas de ninguna clase.

La extensa «Desolation Row», en la que regresa a la pureza folk de sus inicios reiterando sus complejas imagineríCampeón, es la encargada de despedir este sobresaliente álbum, inmediata antesala de otra de sus obras maestras, «Blonde on Blonde».

Posted on octubre 25, 2017 in Category

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