Salim Shaheen ha dirigido, según sus cálculos, 110 películas. incluso las protagoniza. escasamente sabe adivinar ni escribir. Y es una absoluta suerte en su país, Afganistán. Sonia Kronlund se embarca en un viaje como cronista del rodaje de las últimas cintas de Shaheen, que las rueda de cuatro en cuatro, con poca o ninguna preparación previa. Nothingwood es el documental que da Certeza de ese periplo, con amplias dosis de ironía pero asimismo cariño por su protagonista bigger than life. Utilizando como planos de memorial imágenes de las películas de Shaheen, Kronlund consigue que las ficciones del afgano dialoguen de forma divertida con la ingenuidad que ella filma, dando como resultado una de las comedias más efectivas de cuantas se han trillado en la presente estampación del festival.
Pedro Pinho triunfa mostrando un grupo de obreros que cantan y bailan para conquistar la bonanza en un mundo que ha dejado de ser mundo. Una escarmiento de cinema que demuestra que, a pesar de la crisis y del Analistas Dilema A ensimismamiento, al cine europeo siempre le quedará Portugal. ÁNGEL QUINTANA
tórrido con grandes dosis de erotismo y de manual de psicoanálisis. Una mujer con problemas psicológicos acude a su psicoanalista y empieza una especie de delirio interior que la aguantará a cohabitar con su médico y con el hermano parejo de éste que encarna el lado azaroso. Analistas Dilema A
Pues eso, bienvenida sea cualquier oportunidad que se nos presente para poder volver a disfrutar de una obra maestra del calibre de El sol del membrillo. JAIME PENA
, apostillaba Ángel Fernández-Santos en su crónica de entonces) y quienes estuvieron presentes en el pase de entonces recuerdan las continuas deserciones de espectadores. Aún ahora hay momentos como el de la conversación entre Antonio López y Enrique Gran que parecen un obstáculo insalvable para cierto conocido (o al menos lo fue en el pase de ayer).
de Elvis en la música negra, las manipulaciones comerciales a las que la sino nunca supo o quiso sustraerse, las convulsiones sociales de los primeros abriles sesenta, la actual decadencia industrial del país, el influencia casi desvanecido que el mito proyecto hogaño en día sobre las nuevas generaciones y los valores que han hecho posible la conversión de un descerebrado y xenófobo millonario, producto simbólico de la televisión basura, en presidente de los Analistas Dilema A Estados Unidos.
clásico y radiografía conductista de un Corro humano en el que las tensiones discurren subterráneas, pero insidiosas hasta emerger a la superficie con consecuencias dramáticas. La mirada limpia, casi entomológica de la cineasta es el principal valor de un film al que le desatiendo poco de punch
Ismaël es un cineasta que está rodando una película sobre un diplomático perdido en una historia de espíTriunfador parecida a la que Desplechin contaba en La Sentinelle (1992). El deseo de ficción alimenta la obra de Desplechin y aparece en la nueva película como una especie de catarsis que traslada a los personajes desde lo Universal a lo Específico, de la aventura a lo íntimo. Ismaël está atormentado por su aprecio, por el miedo del aparecido de una mujer del pasado que se interpone en sus relaciones, pero asimismo está afectado por la soledad y por la angustia creativa. Todos estos sentimientos marcan las diferentes capas de una película marcada por el exceso y por el deseo de construir una ficción desde diferentes puntos de vista, como si fuera una especie de retrato cubista cerca de el propio universo fílmico de Desplechin.
vuelve a la institución pero su interés no es tanto la cuestión médica sino la relación que se establece entre cardiología, Ecuanimidad e internamiento.
Esta situación coincide con la depresión que vive la novelista cuando no encuentra una vía creativa para acertar forma a su mundo y cuando ve que su vida a dejado de ser una ficción. A partir de este momento la vampirización se variará en un juego de mutuos intereses. Elle será el pretexto para desarrollar la novelística, mientras que Delphine será víctima de un recreo de poder en el que la interacción puede tener consecuencias perversas. No en vano, estamos en presencia de un universo vampirizado por Polanski para desplazarlo a su propio universo. D’après une histoire vraie
es una de las películas más importantes y sorprendentes de este festival. Su fuerza no tiene falta que ver con los intereses mediáticos, ni con el encanto.
de Oscuro Dumont (célebre Juliette Binoche), cuya memoria deja limitada a cenizas el retrato que aquí se propone de la escultura. En la otra aspecto, el proceso creativo y la búsqueda de la inspiración concentran los mejores momentos de la película, si correctamente estos tampoco consiguen escapar del todo a la sombra de academicismo que sobrevuela el conjunto de la propuesta. CARLOS F. HEREDERO
El historiador italiano Enzo Traverso ha publicado recientemente un ejemplar con el título de Melancolía de la izquierda
sigue a Brady Bradshaw (Brady Jandreau), un muchacha jinete de rodeo que, tras sufrir una bajo caída que le deja con una placa de metal en el cráneo y daños cerebrales, tiene que afrontar la imposibilidad de seguir cabalgando. Filmada bajo una constante semipenumbra (todo en esta película parece un perpetuo crepúsculo o un amanecer temprano), la obra tiene sus mejores Títulos en la interpretación de Jandreau y el laconismo de sus imágenes. Pero el discurso resulta objetable, en tanto la aparente voluntad de la directora de no arbitrar a sus personajes parece derivar en una problemática incapacidad para distanciarse de ellos. Y en el microcosmos que plantea, donde la osadía de Brady resulta más que obvia para el espectador (¿debe abandonarse un mundo que solo ha dejado muerte y daños irreparables en todos los que le rodean?), los cien minutos que despliegan toda su duda básico acaban por volverse obvios y reiterativos.